El corazón de Laura

Se esconde el sol y llega la noche... Aquí estamos de nuevo mi luna y yo... Yo y mi luna... Y dime, tú que tanto sabes de amor y desamor... Cómo le digo a mis noches que no le sueñen? Si cierro los ojos y veo los suyos mirándome. Si me duermo pensando en él y me estremezco sintiendo su respiración en mi cuello... Si me sorprendo acariciando mi cuerpo haciendo suyas mis caricias... Sintiendo sus manos, su lengua recorrer todo mi cuerpo... Dime luna, cómo puedo dormir sin sus besos, sin sentir su piel con mi piel, sin sus abrazos, siempre dulces y tiernos. Y si es él mi amor verdadero? Cómo puedo saberlo? Se pasan los días, los años... Se nos pasa la vida, se nos escapa el tiempo. Dime luna, qué más puedo hacer yo, si él ya sabe cuánto le quiero? L.A.V

Tú  Apareciste de repente, como un arcoíris  tras la más negra tormenta. Alegraste mis días y mis noches, y poco a poco te adentraste en este corazón que ya estaba cerrado a cal y canto. Fuiste un soplo de vida y aire fresco para mi alma solitaria, que ya se había acostumbrado a estar sola. Me miro en el espejo y no encuentro palabras para explicar lo que siento. Cómo me cuento que el destino te ha puesto en mi camino? Cómo me convenzo de que has sido la casualidad más bella que jamás imaginé? A quién le cuento que entre ese arcoíris y mis tormentas estás tú?  Solamente en estas líneas puedo expresar que en mis noches de insomnio te escribo para liberarme de mis miedos, de mis fantasmas y para hacer realidad mis sueños, aunque sólo sea en mi imaginación, porque como ya dijo Calderón de la Barca... Los sueños, sueños son... L.A.V

Días grises, días de lluvia, algunas veces sacan lo mejor de ti, pero otras veces desatan tu furia. Y entonces te preguntas: ¿En qué me convertí? Coges tu paraguas gris, sales a pasear sin rumbo, Y te recorres la ciudad  dando tumbos. La soledad te acompaña en tu camino taciturno. No es casualidad, sabías que llegaría su turno. Ahora es tu compañera, tu aliada, para bien o para mal por ella acompañada. No te da conversación, pero te ayuda a encontrar respuestas. En la calle o en tu habitación, el principio es siempre lo que más cuesta. Hoy empieza un nuevo día, aunque amanezca lloviendo. Hoy puede cambiar tu vida, sal de casa sonriendo. Y si tu paraguas es gris, píntalo de colores, recuerda que con el agua de lluvia, nacen las más bellas flores. L.A.V.